Transcurría la primera
presidencia de Juan D. Perón, posguerra europea. La mujer entra masivamente en
el mercado laboral. Este nuevo protagonismo impone una formación a la que
históricamente estuvo relegada. Se discuten los derechos de la mujer. La mujer
trabaja, se educa, vota. Temas que hoy suenan cotidianos, pero entonces no lo
eran.
Su ubicación céntrica, cerca de sedes de empresas y comercios
importantes y su horario nocturno, que permitía concurrir después del cierre,
hace que en poco tiempo sus aulas se llenen de alumnas.
En 1953 se oficializó como Liceo Nacional de Señoritas Nro 7, y en 1960 adopta el nombre del colegio con el que cohabita: Domingo Faustino Sarmiento.
En 1953 se oficializó como Liceo Nacional de Señoritas Nro 7, y en 1960 adopta el nombre del colegio con el que cohabita: Domingo Faustino Sarmiento.
Muchas cosas
pasaron, muchas cambiaron, pero sigue incólume el espíritu que en 1949 impulsó
la creación de este espacio: el formar ciudadanos de los cuales nos
enorgullecemos.
El edificio
El monumental edificio
de nuestra escuela data de 1886, obra del arquitecto italiano Carlo Morra
(1854- 1926). Tuvo una participación muy activa en el proyecto de edificios
públicos, en CABA y en la provincia de Buenos Aires. Entre sus obras se
encuentran la
antigua Biblioteca Nacional , la
Escuela Presidente Julio A. Roca y el Tiro Federal Argentino. Mucha de su producción arquitectónica fue demolida.
Responde al denominado
neorrenacimiento italiano que, junto con otros "neos", conforma la
corriente historicista en boga a fines de siglo XIX. Ésta, junto con el
eclecticismo son los estilos en que se construyeron la mayoría de los edificios
públicos de la
llamada Generación del 80.
En ese momento de
nuestro país, tanto las obras de infraestructura como las de arquitectura
estatal adquirieron un carácter tendiente al progreso y al desarrollo social.
Específicamente dentro de estas obras, las escuelas de enseñanza media
dependientes el Estado argentino debían representar, casi de manera
publicitaria, estos ideales. Eran el medio por el cual el Estado nacional podía
establecer vínculos dinámicos con los habitantes para generar una idea de
nacionalidad social y un sentimiento de pertenencia a un pueblo de múltiples
orígenes, en constante cambio.
De ahí ese espacio
monumental, esas escalinatas palaciegas que hoy catalogaríamos de
presuntuosas, pero tan atinadas entonces, cuando un Estado debía mostrar su
poder económico, político y protector a un pueblo que no solo concurría a
completar su formación académica, sino también a aprender a ser argentino.
Comenzó siendo escuela
primaria, inaugurada el 3 de octubre de 1886. En 1914, por decreto del PEN, se
dispuso que en el mismo edificio funcionase una Escuela Normal. En 1916
egresaron las primeras maestras del Normal Nro 9. En 1969, las últimas en
el nivel secundario. A partir de 1949, en el Turno Noche, comienza a funcionar nuestro
colegio.
En febrero de 1975 un
incendio de gran magnitud dañó gravemente el edificio. Por muchos años abrió
sus puertas sobre el pasaje Santos Discépolo y funcionaron sólo las aulas
traseras. La reconstrucción fue lenta y, muchas veces, desacertada.
Actualmente, desde 2012,
se desarrolla el plan de puesta en valor del edificio desde el área de
infraestructura del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Debía
culminarse a mediados de este año, pero ha sufrido atrasos.
El cambio de toda la bóveda vidriada del espacio central (destruida durante una tormenta mientras se desarrollaba la primera etapa del plan), es una de las razones del cambio de cronograma.
La figura central (de pie) representa a la libertad. Curiosamente el autor eligió los atributos de la Estatua de la Libertad, de Bartholdi (1876, Nueva York), donde el característico gorro frigio es reemplazado por la corona de rayos, que representa al sol, la luz. La antorcha de su mano derecha nos remite a Vesta, diosa romana del hogar y el fuego patrio. Finalmente, el libro en su brazo izquierdo evoca la ley y el derecho. A su izquierda encontramos una figura femenina con una lira. Representa a las artes. A su derecha, otra figura recostada sobre una pila de libros, dedicada a la lectura, representa el conocimiento y el aprendizaje.
El cambio de toda la bóveda vidriada del espacio central (destruida durante una tormenta mientras se desarrollaba la primera etapa del plan), es una de las razones del cambio de cronograma.
El grupo escultórico
En el cuerpo central, coronando el acceso, encontramos un curioso grupo escultórico: tres figuras humanas, una de pie y dos recostadas. Son alegorías, figuras artísticas que representan una idea valiéndose de formas humanas, animales u objetos cotidianos. Muy usadas a principios del S XX en edificios clásicos, para embellecer sus fachadas y anunciar su destino.La figura central (de pie) representa a la libertad. Curiosamente el autor eligió los atributos de la Estatua de la Libertad, de Bartholdi (1876, Nueva York), donde el característico gorro frigio es reemplazado por la corona de rayos, que representa al sol, la luz. La antorcha de su mano derecha nos remite a Vesta, diosa romana del hogar y el fuego patrio. Finalmente, el libro en su brazo izquierdo evoca la ley y el derecho. A su izquierda encontramos una figura femenina con una lira. Representa a las artes. A su derecha, otra figura recostada sobre una pila de libros, dedicada a la lectura, representa el conocimiento y el aprendizaje.